Mario Castillo nació en San Pedro Sula, Departamento de Cortés y murió el 15 de agosto de 2013 en la ciudad de Tegucigalpa. Muy joven hizo su primera exposición en la recién inaugurada Alianza Francesa de la capital. De este evento surgió la idea de que se otorgara a Castillo una beca para realizar estudios en Italia, así fue como el joven autodidacta llegó a Roma e ingresó en la Academia de Bellas Artes de esa ciudad. Tiempo después ejerció la Dirección de la Escuela Nacional de Bellas Artes en Comayagüela así como la agregaduría cultural de la Misión Diplomática Nacional en España lo que le permitió contrastar los fundamentos de su escuela netamente italiana con la tradición pictórica hispana. Su obra se caracteriza por un incesante afán de experimentación técnica y temática con propuestas que van desde el retrato, el paisaje, pasando por los bodegones y estampas de costumbres; se le reconoce como uno de los grandes maestros del color en el país. En el mes de noviembre 1999 se le otorgó el Premio Nacional de Arte Pablo Zelaya Sierra. Es uno de los maestros de la luz, en su último período desarrolló una de las propuestas pictóricas que lo insertan en la historia de la plástica hondureña, se trata de la temática sobre los Ángeles, su obra “el sueño de Jacob” es una de las obras magistrales de la plástica hondureña.