Debido a un Tratado entre las potencias coloniales España e Inglaterra se permitió el asiento de los llamados negros caribes (garífunas) en la costa oriental de Honduras, de Trujillo hacia el este. Los garífunas son mestizos de afrodescendientes huidos de los ingleses que buscaron refugio en la isla caribeña de San Vicente adonde se mezclaron con la población aborigen. Su lengua es indígena, vinculada al tronco arawako de las Antillas. Sus poblados se fueron extendiendo hacia el oriente, por la costa permaneciendo aislados hasta la llegada de las compañías bananeras.