Convocatoria a elección de Asamblea Nacional Constituyente

En estas condiciones, en 1981 se efectuaron elecciones generales para elegir diputados a una Asamblea Nacional Constituyente, en este evento participaron: el Partido Liberal (PL), el Partido Nacional (PN)  Y el Partido Innovación y Unidad Social Demócrata (PINU-SD), saliendo favorecido después del escrutinio el Partido Liberal con 495,789 votos, para agenciarse un total de 35 diputados. El Partido Nacional consiguió 423,623 votos, logrando obtener 33 diputados, en tanto que el PINU, el más joven de los tres partidos; y que por primera vez, participara en un evento electoral, obtuvo 35,052 votos para agenciarse 3 diputados.

Por haber obtenido mayoría de votos le tocaba al Partido Liberal, nombrar presidente provisional a alguien de su partido, mientras se convocaba a elecciones generales en noviembre de 1981, sin embargo, no sabemos por qué razones tomaron la decisión de nombrar a Policarpo Paz García, miembro activo de las Fuerzas Armadas, como presidente provisional; así iniciamos esa aventura que en el momento se le llamó “Retorno al Orden Constitucional de Honduras”, el cual sigue vigente pese a pretensiones de querer reformar los artículos que no permiten reelección, una vez concluido el periodo presidencial para el que ha sido electo un presidente.

 

Convocatoria a elección presidencial

En 1981, el pueblo fue convocado por segunda vez a elecciones generales para elegir por cuatro años las autoridades desde: Presidente, Diputados y Alcaldes Municipales, en esta ocasión nuevamente salió favorecido el Partido Liberal con 636,392 votos, imponiéndose nuevamente al Partido Nacional que obtuvo 491,089 Votos, con una diferencia en esta contienda electoral que participa por primera vez un nuevo partido político que es la Democracia Cristiana (DC). Esta, después del conteo apenas obtuvo 19,163 votos.

Gobiernos electos a través de procesos electorales bajo el concepto de democracia participativa

Roberto Suazo Córdova (PL) 1982-1986.

El primer presidente en este proceso de retorno al orden constitucional es Roberto Suazo Córdova, quien Según Rachel Sieder “las perspec­tivas para la democratización fueron debilitadas por las circunstancias geopolíticas de principios de los años 80 junto con las características internas de ambos partidos. La alianza entre Suazo (Cór­dova), el general (Gustavo) Álvarez Martínez y el enton­ces embajador norteamerica­no John (Dimitri) Negroponte perjudicó el recién nacido orden constitucional y facilitó una militarización creciente”.

José Simón Azcona del Hoyo (PL) 1986-1990.

En 1985, los hondureños asistimos a una nueva convocatoria electoral que después de superar una crisis política, surgida por discrepancias internas en el seno de los dos partidos mayoritarios (Liberal y Nacional); resuelta mediante una fórmula a la que llamaron “Opción B”, esta permitió la participación de varios candidatos como aspirantes a la presidencia, los votos canalizados por todos ellos fueron sumados al candidato que más votos sacó en cada partido, es así como sale electo José Simón Azcona del Hoyo.

Rafael Leonardo Callejas Romero (PN) 1990-1994.

Para 1989, nuevamente los hondureños somos convocados a elecciones, saliendo electo presidente el candidato del Partido Nacional Rafael Leonardo Callejas, con una mayoría de votos (917,168 Votos) que superaba los registros históricos que hasta momento se habían dado en el país. En su discurso de inauguración anuncia su gabinete, lo cual se ve integrado por empresarios; es en esta aadministración que implementa el primer “ajuste estructural de la economía”, evidenciado en la devalua­ción monetaria, privatización de empresas estatales, alza in­flacionaria, fin de la reforma agraria, ofensiva antisindical, promoción y diversificación de las exportaciones.

 

Carlos Roberto Reina Idiáquez (PL) 1994-1998.

En la cuarta convocatoria a elecciones generales para presidente en 1993, el Partido Liberal nuevamente recupera el poder a través del liderazgo de Carlos Roberto Reina, este gobierno consolida una lucha que se había venido librando en años anteriores, que era recuperar la supremacía de la sociedad civil sobre el militar. En esta administración la política económica neoliberal continúa aplicando el “ajus­te estructural” iniciado por el gobierno anterior, lo que en cuanto a las expectativas ciudadanas de un retorno a un programa reformista, similar al de Ramón Villeda Morales, se fueron diluyen­do y el nivel de frustración colectiva se profundizó.

 

Carlos Roberto Flores Facussé (PL) 1998-2002.

En 1997 y próximo a finalizar el siglo XX, el Partido Liberal nuevamente se alza con la quinta victoria, a través de la participación por segunda vez de Carlos Roberto Flores Facussé, de quien casi nada se ha escrito sobre la gestión de su gobierno. Es durante este mandato que Honduras fue devastada por el huracán Mitch en octu­bre de 1998, el más mortífero en el historial de los desastres naturales que ha sufrido nues­tro país, con consecuencias sociales, ambientales y econó­micas.

 

“A partir de esa fecha, la Administración Flores debió iniciar, con la valiosa colabo­ración de la comunidad inter­nacional, la reconstrucción de la nación. Pese a las renuen­cias gubernamentales, debió ser incorporada en ese proce­so la sociedad civil para pro­porcionar retroalimentación a programas como el Plan de Reconstrucción y Transfor­mación Nacional, Estrategia de Reducción de la Pobreza y condonación de la deuda externa al ser incluido entre los países pobres altamente endeudados” (Mario Argueta).

 

 

Ricardo Maduro Joest (PN) 2002-2006.

En el 2001, iniciando el siglo XXI y el Tercer Milenio, los hondureños somos convocados a la sexta consulta para elección de presidente de Honduras, diputados al Congreso Nacional y al PARLACEN y Alcaldes Municipales, en esta ocasión después de dos gobiernos liberales consecutivos, sale triunfante el candidato del Partido Nacional, liderado por el empresario Ricardo Maduro, quien después de una dura batalla para su inscripción, por considerársele de nacionalidad panameño, se convierte en presidente para gobernarnos desde el 2002 al 2006.

Bajo una promesa de campaña “Mi Compromiso Contigo”, Ricardo Maduro, desarrolló una plataforma de gobierno centrada en tres ejes fundamentales: El Gobierno de la Gente, Futuro Seguro y Cero Tolerancia, esta última fue la más destacada y la que más expectativas despertó en la población porque el objetivo era luchar contra los flagelos de la inseguridad generada por las pandillas, el crimen organizado reflejado en las bandas de traficantes de drogas, robo de vehículos, tráfico de ilegales, secuestros; el mismo había sido víctima de la violencia desatada en el país.

Manuel Zelaya Rosales (PL) 2006-2009.

En el 2005, nuevamente somos convocados a elecciones generales, en esta consulta sale triunfante el Partido Liberal, liderado por Manuel Zelaya Rosales quien bajo una promesa de campaña conocida como el “Poder Ciudadano” y su eslogan conocido como “Urge Mel”, se alza con la victoria electoral, dándole una quinta victoria presidencial al Partido Liberal, comprometiéndose en su campaña electoral a cumplir con las siguientes promesas:

-Vencer las Dictaduras de la Burocracia.

-Combatir la Corrupción.

-Luchar contra la tala irracional del bosque

-Promover la transparencia en la administración pública

-Reducir el déficit habitacional.

-Matrícula gratis en escuelas y colegios.

-Respeto del Estatuto del Docente

En el primer año de gobierno las apreciaciones y evaluaciones son bastantes encontradas por la razón de que la máxima oposición es nada más el Partido Nacional.

En apreciaciones de Mario Argueta “El incremento al salario mínimo en un 62%, cuan­do ya el mundo sufría una severa recesión económica, provocó el rechazo empre­sarial al igual que el estre­chamiento de relaciones políticas-diplomáticas con la Venezuela de Chávez, lo que también alarmó a Washington, al igual que el proyecto de convertir la base aérea de Palmerola en aeropuerto comercial. Las relaciones entre el Eje­cutivo con el Legislativo y Ju­dicial se crisparon, contribu­yendo decisivamente al mo­mento en que Zelaya intentó presentar al electorado una cuarta urna que proponía la instalación de una Constitu­yente, posterior a las eleccio­nes del 2009, desembocando en su derrocamiento y depor­tación al exterior el 28 de ju­nio de 2009”.

Gobierno de facto de Roberto Micheletti (PL-28/06/2009-26-01-2010)

En algunos medios a este evento político le consideró como “una dictadura que acababa de surgir en Honduras porque no esperó tiempo para actuar contra el pueblo en busca de un silencio que aparentara la normalidad necesaria para su legitimación por parte de la comunidad internacional”.

Gobierno de Porfirio Lobo Sosa (PN) 2010-2014.

La ceremonia de toma de posesión de Porfirio Lobo Sosa electo bajo el golpe de Estado militar – empresarial como nuevo presidente de Honduras, estuvo marcada por fuertes medidas de seguridad, protestas populares y ausencia de la mayoría de los mandatarios del mundo.

Diario Tiempo en su página editorial un día después de la toma de posesión opinaba, “El gobierno del Partido Nacional como punto de partida de su gobierno tendrá que dar sus primeros pasos para afianzarse internamente y conseguir el respaldo internacional, vale decir el pleno reconocimiento mundial. De la soltura de esos primeros pasos depende, en mucho, la presteza para alcanzar esa meta.


Entre las varias lecciones por considerar en la crisis política, está la de hacer coincidir, a cabalidad, las palabras —las promesas— con los hechos. En nuestro medio vernáculo, los políticos se distinguen por su increíble capacidad para hallar la mar de interpretaciones a la palabra empeñada o al hecho dado. Esa habilidad ha terminado por destruir la credibilidad y la confianza en los políticos, en sus declaraciones y en sus proposiciones”.