José Antonio Velásquez, nació el 8 de febrero de 1908, en el municipio de Caridad, Valle y murió el 14 de febrero de 1983, en 1930 se trasladó a San Antonio de Oriente, pueblo simbólico para el desarrollo de su pintura; Velásquez es considerado, con justo motivo, el primer primitivista de Honduras. Sus pinturas están entre las más cotizadas del mundo. No tuvo ninguna escuela artística, recuérdese que el primitivismo es un arte que no se inscribe dentro de la técnica académica, más bien su trazo no siempre se define por un dibujo correcto pero es muy expresivo y despreocupado e inocente, es por ello que a Velásquez desarrollo su trabajo bajo el  fundamento de una sólida experiencia autodidacta. La temática de Velásquez es única: casas, calles, caminos, personajes, forman parte del paisaje humano y natural de San Antonio de Oriente, lugar donde pasó gran parte de su vida. Velásquez no establece una jerarquía de conceptos en sus obras, su percepción del mundo es más bien ingenua; un animal o un hombre pueden ser una roca o un pino más.

Leticia de Oyuela sostiene que antes de que Velásquez se convirtiera en un gran productor masivo obligado por la demanda, éste era un fenómeno pictórico que desarrolló como pocos, una necesidad antropológica de expresarse y que para ello, como en los viejos tiempos de Altamira, usa admirablemente una generosa intuición. En 1955 le fue concedido el “Premio Nacional de Arte Pablo Zelaya Sierra”, el más alto que se otorga en Honduras. Tuvo el privilegio de ser el primer artista en participar en a Bienal de Rio de Janeiro, Brasil en 1952. La Organización de Estados Americanos (OEA) realizó una película sobre Velásquez que lleva como título “La vida de un pintor primitivista” narrada por la actriz norteamericana Shirley Temple.