el mestizaje es el fenómeno poblacional más relevante de la época colonial. Primero por uniones violentas del conquistador sobre su presa y luego, por la ausencia de mujeres españolas, la conversión en parejas de relación asimétrica entre el dueño y su sirvienta. En Honduras, desde el último tercio del siglo XVI, para trabajar en minas y caminos, se compró buena cantidad de esclavos africanos cuyo número decayó en el siglo siguiente quedando un importante remanente incorporado a uniones con las otras etnias. Surge así el pardo, con sangre indígena, española y africana, de gran relevancia social, al ir transcurriendo el tiempo, tanto así que el mestizaje, con gran proporción de pardos en la zona central y sur, zona de asientos mineros, aumento al punto de ser un 60% del total de pobladores a finales del siglo XVIII. De esta forma, la población hondureña llegó a caracterizarse, siendo esto uno de los pilares de su identidad, como sociedad mestiza de indígenas, españoles y africanos.