En el último cuarto del siglo XIX, surge el modernismo, movimiento literario que revolucionó la poseía de habla española, alentado por el nicaragüense Rubén Darío. Su representante más connotado en Hondura fue Juan Ramón Molina (1876-1910), quien a pesar de haber muerto a muy temprana edad -34 años- dejó una obra poética consistente y hermosa. Espíritu rebelde, entró en choque con los poderosos del momento. Ejerció el periodismo y su prosa es reflexiva y beligerante. Su obra poética fue compilada después de su muerte por Froylán Turcios con el título de “Tierras, Mares y Cielos”.