El Gobernador español de la recién constituida provincia de Honduras, Don Francisco de Montejo, reconoció el corredor trans-ístmico hondureño y lo propuso como alternativo al paso establecido entre Nombre de Dios y Panamá por ser a su juicio más expedito y saludable. Lo que resultó decisivo fue el Informe que presentaron en 1590, los ingenieros Juan Bautista Antonelli y Diego López de Quintanilla, quienes descartan por inviable el proyecto hondureño optando por conservar la ruta panameña. El proyecto hondureño quedó engavetado.