PANEL 5 (A) QUÉ INSPIRABA LA OBSESIÓN POR LOS METALES PRECIOSOS
Cuando Colón llega a América había una gran carestía de metales preciosos en el Viejo Continente. Europa no producía oro o muy poco, y las minas de plata eran escasas y su producción muy limitada. España, ya hacía mucho tiempo que había dejado de ser un país productor de oro o plata. Por otra parte, en esa época se creía que la riqueza de las naciones dependía de la cantidad de metales preciosos atesorados. Estos dos factores, uno objetivo y otro cultural, constituyeron los grandes estímulos para la búsqueda de oro y plata en América.
Europa se encontraba entonces en una fase de expansión económica y demográfica, de manera que la falta de oro y plata se convierte en un freno para la economía, pues su escasez provocaba una frecuente carestía de circulante, y la escasez monetaria, o deflación, desalienta y entorpece el intercambio y la actividad económica. Como la producción de bienes había aumentado, pero faltaba circulante, los precios decayeron, ya que los productos eran cada vez más baratos en relación al oro, lo que hacía más atractiva y ventajosa la búsqueda de éste. Dado que se valoran cada vez más los metales preciosos, se volvió necesario buscarlos ávidamente.
Era una época con hambre de oro y plata, pero sobre todo oro. Y como Europa no los tenía, se ve impulsada a buscarlos en otros Continentes. Los metales preciosos convierten a Europa en conquistadora, en Continente en expansión geográfica, en cuna de futuros descubrimientos. Es así cómo, primero Portugal, fue en su búsqueda por África, y luego España por América.
No es sorprendente que Colón y los que le acompañaron, desde su primer viaje, mostraran una actitud casi obsesiva por encontrar oro: En las páginas de su diario, entre el 12 de octubre y el 17 de enero de 1493, cuando emprende su regreso, se encuentran 65 referencias al oro.
PANEL 5 (B). SE ENCUENTRA ORO Y PLATA EN AMÉRICA
Lo primero que encontraron los españoles en América fue oro, iniciándose lo que se ha llamado el “ciclo del oro”. Era oro acumulado por los indios en formas de joyas y adornos. Se les arrebató por la violencia o mediante “rescates” o trueques. Agotado este oro en dos o tres años, se les hizo trabajar por la fuerza en lavaderos de ríos auríferos ya conocidos por ellos. Fue un ciclo por tandas: se obtuvo primero de las islas caribeñas (1492-1510), luego de Panamá (1510-1526), luego de México y Centroamérica, y culmina en la década de 1530 con el célebre tesoro de Atahualpa en Perú. El oro enviado a España durante este primer cuarto de siglo produjo una verdadera conmoción en la economía, porque el oro escaseaba y era caro: desató una acelerada revolución de los precios, que ya no se detuvo, y catapultó el naciente capitalismo entonces apenas en ciernes.
ORO Y PLATA EN HONDURAS
Honduras ingresó a esta corriente metalífera desde tan temprano como se inició su colonización, participando con aportaciones considerables durante este “ciclo del oro”, cuando en 1530 se encuentra oro en los ríos Aguán y Quimistán. Pero como ya el oro empezó a abundar en Europa, que continuaba escasa de plata, esta empezó a valorarse mucho más que antes, lo que estimuló su búsqueda en el Nuevo Mundo, y en 1545 empezó a encontrarse casi simultáneamente en numerosos yacimientos, desde México al Perú.
Se inició entonces el “ciclo de la plata”, y fue la plata el metal precioso que dominó toda la economía del sistema colonial español, convirtiéndose en el referente para la organización de los espacios y las circunscripciones administrativas, así como para el sistema de intercambios regionales y con la metrópoli. México y Perú, donde se encontraban los grandes yacimientos, se organizaron como virreinatos. La plata de sus minas se enviaría a España por rutas forzosas y únicas, organizándose el sistema de ferias y galeones con sede en Veracruz y Portobelo, donde se celebraría el encuentro de los tesoros americanos y las mercancías europeas. Por Veracruz saldría la plata mexicana y por Portobelo la del virreinato peruano. Fue un sistema inamovible que subsistió hasta el siglo XVIII.
Honduras llegó al encuentro de este ciclo de la plata a partir de 1569, cuando se encontró el primer yacimiento argentífero en Guazucarán. En la década siguiente se siguen encontrando intermitentemente yacimientos de oro y plata, sobre todo en torno a la futura Tegucigalpa, llegando la producción a su cota más alta en 1584. En 1628 se descubre la rica mina de El Corpus.
Honduras se convirtió en el tercer polo argentífero del Continente, aunque su participación fue más bien modesta comparada con la enorme producción del Norte de México y de la región andina. Se ha estimado que Honduras produjo solo el 5% del total producido en el imperio español. El hecho es que la plata se convierte en el principal motor de la economía hondureña. Será el factor decisivo en su organización administrativa, y en la formación de sus circuitos de intercambio para comunicar las regiones domésticas entre sí, o para vincularse con el mundo exterior.
PANEL 5 (C ) FASES DE LA PRODUCCIÓN ARGENTÍFERA: S. XVI-XIX
LA PRODUCCIÓN DURANTE LA COLONIA
Honduras se convierte, de hecho, en un país esencialmente minero, aunque con muchos altibajos, reflejo sobre todo de la demanda de la plata en los mercados internacionales. Siguiendo un proceso casi paralelo a la producción de la plata del resto del Continente, su producción disminuye cuando en China o en Europa los mercados metalíferos decaen, y aumenta cuando el apetito de estos nuevamente despierta. Son ciclos concomitantes que tienen poco que ver con la riqueza de los yacimientos, o con el nivel de desarrollo de la tecnología y la escasez o carestía de la mano de obra, al menos en líneas generales. De hecho, la producción de oro y plata en todo el Continente estuvo aumentando mientras la población indígena declinaba, y se estancó hacia mediados del XVII, precisamente cuando la población indígena había empezado a recuperarse demográficamente.
De esa manera, y respondiendo a los mercados externos, la producción de la plata se estanca hacia mediados del siglo XVII, para luego volver a reactivarse a partir de la década de 1690, cuando se descubren nuevos depósitos (porque estos se buscan debido a una renovada demanda). La cronología de la decadencia y la reactivación minera es la misma para los minerales de oro de Panamá y Colombia, y de la plata de México, Perú y Bolivia. Se trata de un fenómeno global, que enlaza a todo el mundo, desde las zonas mineras a los mercados internacionales. Los costos para la producción de la plata o el oro eran elevados, y sólo se justificaban si se pagaban a buen precio y los mercados los solicitaran; solo cuando nuevamente el oro y la plata escasearan y mejorara su valoración se justificaba volver a trabajar los yacimientos.
En 1725 se descubren minas en Opoteca. En 1744 empiezan a explotarse los ricos minerales de Yuscarán. La producción se mantiene alta durante el resto del siglo XVIII y principios del XIX.
PRODUCCIÓN DE PLATA EN EL SIGLO XIX
A mediados del siglo XIX, los formidables hallazgos de yacimientos de oro en California, Oregón y Australia, hacen recordar a los empresarios que también en Honduras había oro, y empiezan a aparecer algunos mineros extranjeros, ingleses y estadounidenses interesados tanto en las minas de oro como de plata. William V. Wells, un experto en minas, llega en 1854 a Honduras interesado por las minas de oro de Olancho. Recorre exhaustivamente esta región aurífera y elabora un notable estudio sobre la riqueza metalífera de todo el país. Conoce a varios extranjeros que explotan las minas cercanas a Tegucigalpa, como las de Santa Lucía, donde le informan de más de 200 minas trabajadas en los últimos 300 años. Pero los yacimientos hondureñas más importantes se encuentran entonces en Yuscarán, donde se habían abierto y explotado en los últimos diez años unas doce minas. Sin embargo la producción era todavía escasa.
Nuevamente afines a fines del siglo XIX, gracias al estímulo de los mercados y a las inversiones de capital, durante las reformas liberales de Marco Antonio Soto y su grupo, la producción de plata vuelve a incrementarse hasta convertirse en el principal rubro económico del país. Es entonces cuando empieza a explotarse el mineral de San Juancito, por la Rosario Mining Co. La industria minera constituye hasta fines del siglo la actividad económica dominante de Honduras.
PANEL 5 (C ) FASES DE LA PRODUCCIÓN ARGENTÍFERA: S. XVI-XIX
LA PRODUCCIÓN DURANTE LA COLONIA
Honduras se convierte, de hecho, en un país esencialmente minero, aunque con muchos altibajos, reflejo sobre todo de la demanda de la plata en los mercados internacionales. Siguiendo un proceso casi paralelo a la producción de la plata del resto del Continente, su producción disminuye cuando en China o en Europa los mercados metalíferos decaen, y aumenta cuando el apetito de estos nuevamente despierta. Son ciclos concomitantes que tienen poco que ver con la riqueza de los yacimientos, o con el nivel de desarrollo de la tecnología y la escasez o carestía de la mano de obra, al menos en líneas generales. De hecho, la producción de oro y plata en todo el Continente estuvo aumentando mientras la población indígena declinaba, y se estancó hacia mediados del XVII, precisamente cuando la población indígena había empezado a recuperarse demográficamente.
De esa manera, y respondiendo a los mercados externos, la producción de la plata se estanca hacia mediados del siglo XVII, para luego volver a reactivarse a partir de la década de 1690, cuando se descubren nuevos depósitos (porque estos se buscan debido a una renovada demanda). La cronología de la decadencia y la reactivación minera es la misma para los minerales de oro de Panamá y Colombia, y de la plata de México, Perú y Bolivia. Se trata de un fenómeno global, que enlaza a todo el mundo, desde las zonas mineras a los mercados internacionales. Los costos para la producción de la plata o el oro eran elevados, y sólo se justificaban si se pagaban a buen precio y los mercados los solicitaran; solo cuando nuevamente el oro y la plata escasearan y mejorara su valoración se justificaba volver a trabajar los yacimientos.
En 1725 se descubren minas en Opoteca. En 1744 empiezan a explotarse los ricos minerales de Yuscarán. La producción se mantiene alta durante el resto del siglo XVIII y principios del XIX.
PRODUCCIÓN DE PLATA EN EL SIGLO XIX
A mediados del siglo XIX, los formidables hallazgos de yacimientos de oro en California, Oregón y Australia, hacen recordar a los empresarios que también en Honduras había oro, y empiezan a aparecer algunos mineros extranjeros, ingleses y estadounidenses interesados tanto en las minas de oro como de plata. William V. Wells, un experto en minas, llega en 1854 a Honduras interesado por las minas de oro de Olancho. Recorre exhaustivamente esta región aurífera y elabora un notable estudio sobre la riqueza metalífera de todo el país. Conoce a varios extranjeros que explotan las minas cercanas a Tegucigalpa, como las de Santa Lucía, donde le informan de más de 200 minas trabajadas en los últimos 300 años. Pero los yacimientos hondureñas más importantes se encuentran entonces en Yuscarán, donde se habían abierto y explotado en los últimos diez años unas doce minas. Sin embargo la producción era todavía escasa.
Nuevamente afines a fines del siglo XIX, gracias al estímulo de los mercados y a las inversiones de capital, durante las reformas liberales de Marco Antonio Soto y su grupo, la producción de plata vuelve a incrementarse hasta convertirse en el principal rubro económico del país. Es entonces cuando empieza a explotarse el mineral de San Juancito, por la Rosario Mining Co. La industria minera constituye hasta fines del siglo la actividad económica dominante de Honduras.
PANEL 5 (C ) FASES DE LA PRODUCCIÓN ARGENTÍFERA: S. XVI-XIX
LA PRODUCCIÓN DURANTE LA COLONIA
Honduras se convierte, de hecho, en un país esencialmente minero, aunque con muchos altibajos, reflejo sobre todo de la demanda de la plata en los mercados internacionales. Siguiendo un proceso casi paralelo a la producción de la plata del resto del Continente, su producción disminuye cuando en China o en Europa los mercados metalíferos decaen, y aumenta cuando el apetito de estos nuevamente despierta. Son ciclos concomitantes que tienen poco que ver con la riqueza de los yacimientos, o con el nivel de desarrollo de la tecnología y la escasez o carestía de la mano de obra, al menos en líneas generales. De hecho, la producción de oro y plata en todo el Continente estuvo aumentando mientras la población indígena declinaba, y se estancó hacia mediados del XVII, precisamente cuando la población indígena había empezado a recuperarse demográficamente.
De esa manera, y respondiendo a los mercados externos, la producción de la plata se estanca hacia mediados del siglo XVII, para luego volver a reactivarse a partir de la década de 1690, cuando se descubren nuevos depósitos (porque estos se buscan debido a una renovada demanda). La cronología de la decadencia y la reactivación minera es la misma para los minerales de oro de Panamá y Colombia, y de la plata de México, Perú y Bolivia. Se trata de un fenómeno global, que enlaza a todo el mundo, desde las zonas mineras a los mercados internacionales. Los costos para la producción de la plata o el oro eran elevados, y sólo se justificaban si se pagaban a buen precio y los mercados los solicitaran; solo cuando nuevamente el oro y la plata escasearan y mejorara su valoración se justificaba volver a trabajar los yacimientos.
En 1725 se descubren minas en Opoteca. En 1744 empiezan a explotarse los ricos minerales de Yuscarán. La producción se mantiene alta durante el resto del siglo XVIII y principios del XIX.
PRODUCCIÓN DE PLATA EN EL SIGLO XIX
A mediados del siglo XIX, los formidables hallazgos de yacimientos de oro en California, Oregón y Australia, hacen recordar a los empresarios que también en Honduras había oro, y empiezan a aparecer algunos mineros extranjeros, ingleses y estadounidenses interesados tanto en las minas de oro como de plata. William V. Wells, un experto en minas, llega en 1854 a Honduras interesado por las minas de oro de Olancho. Recorre exhaustivamente esta región aurífera y elabora un notable estudio sobre la riqueza metalífera de todo el país. Conoce a varios extranjeros que explotan las minas cercanas a Tegucigalpa, como las de Santa Lucía, donde le informan de más de 200 minas trabajadas en los últimos 300 años. Pero los yacimientos hondureñas más importantes se encuentran entonces en Yuscarán, donde se habían abierto y explotado en los últimos diez años unas doce minas. Sin embargo la producción era todavía escasa.
Nuevamente afines a fines del siglo XIX, gracias al estímulo de los mercados y a las inversiones de capital, durante las reformas liberales de Marco Antonio Soto y su grupo, la producción de plata vuelve a incrementarse hasta convertirse en el principal rubro económico del país. Es entonces cuando empieza a explotarse el mineral de San Juancito, por la Rosario Mining Co. La industria minera constituye hasta fines del siglo la actividad económica dominante de Honduras.
PANEL 5 (C ) FASES DE LA PRODUCCIÓN ARGENTÍFERA: S. XVI-XIX
LA PRODUCCIÓN DURANTE LA COLONIA
Honduras se convierte, de hecho, en un país esencialmente minero, aunque con muchos altibajos, reflejo sobre todo de la demanda de la plata en los mercados internacionales. Siguiendo un proceso casi paralelo a la producción de la plata del resto del Continente, su producción disminuye cuando en China o en Europa los mercados metalíferos decaen, y aumenta cuando el apetito de estos nuevamente despierta. Son ciclos concomitantes que tienen poco que ver con la riqueza de los yacimientos, o con el nivel de desarrollo de la tecnología y la escasez o carestía de la mano de obra, al menos en líneas generales. De hecho, la producción de oro y plata en todo el Continente estuvo aumentando mientras la población indígena declinaba, y se estancó hacia mediados del XVII, precisamente cuando la población indígena había empezado a recuperarse demográficamente.
De esa manera, y respondiendo a los mercados externos, la producción de la plata se estanca hacia mediados del siglo XVII, para luego volver a reactivarse a partir de la década de 1690, cuando se descubren nuevos depósitos (porque estos se buscan debido a una renovada demanda). La cronología de la decadencia y la reactivación minera es la misma para los minerales de oro de Panamá y Colombia, y de la plata de México, Perú y Bolivia. Se trata de un fenómeno global, que enlaza a todo el mundo, desde las zonas mineras a los mercados internacionales. Los costos para la producción de la plata o el oro eran elevados, y sólo se justificaban si se pagaban a buen precio y los mercados los solicitaran; solo cuando nuevamente el oro y la plata escasearan y mejorara su valoración se justificaba volver a trabajar los yacimientos.
En 1725 se descubren minas en Opoteca. En 1744 empiezan a explotarse los ricos minerales de Yuscarán. La producción se mantiene alta durante el resto del siglo XVIII y principios del XIX.
PRODUCCIÓN DE PLATA EN EL SIGLO XIX
A mediados del siglo XIX, los formidables hallazgos de yacimientos de oro en California, Oregón y Australia, hacen recordar a los empresarios que también en Honduras había oro, y empiezan a aparecer algunos mineros extranjeros, ingleses y estadounidenses interesados tanto en las minas de oro como de plata. William V. Wells, un experto en minas, llega en 1854 a Honduras interesado por las minas de oro de Olancho. Recorre exhaustivamente esta región aurífera y elabora un notable estudio sobre la riqueza metalífera de todo el país. Conoce a varios extranjeros que explotan las minas cercanas a Tegucigalpa, como las de Santa Lucía, donde le informan de más de 200 minas trabajadas en los últimos 300 años. Pero los yacimientos hondureñas más importantes se encuentran entonces en Yuscarán, donde se habían abierto y explotado en los últimos diez años unas doce minas. Sin embargo la producción era todavía escasa.
Nuevamente afines a fines del siglo XIX, gracias al estímulo de los mercados y a las inversiones de capital, durante las reformas liberales de Marco Antonio Soto y su grupo, la producción de plata vuelve a incrementarse hasta convertirse en el principal rubro económico del país. Es entonces cuando empieza a explotarse el mineral de San Juancito, por la Rosario Mining Co. La industria minera constituye hasta fines del siglo la actividad económica dominante de Honduras.
PANEL 5 (C ) FASES DE LA PRODUCCIÓN ARGENTÍFERA: S. XVI-XIX
LA PRODUCCIÓN DURANTE LA COLONIA
Honduras se convierte, de hecho, en un país esencialmente minero, aunque con muchos altibajos, reflejo sobre todo de la demanda de la plata en los mercados internacionales. Siguiendo un proceso casi paralelo a la producción de la plata del resto del Continente, su producción disminuye cuando en China o en Europa los mercados metalíferos decaen, y aumenta cuando el apetito de estos nuevamente despierta. Son ciclos concomitantes que tienen poco que ver con la riqueza de los yacimientos, o con el nivel de desarrollo de la tecnología y la escasez o carestía de la mano de obra, al menos en líneas generales. De hecho, la producción de oro y plata en todo el Continente estuvo aumentando mientras la población indígena declinaba, y se estancó hacia mediados del XVII, precisamente cuando la población indígena había empezado a recuperarse demográficamente.
De esa manera, y respondiendo a los mercados externos, la producción de la plata se estanca hacia mediados del siglo XVII, para luego volver a reactivarse a partir de la década de 1690, cuando se descubren nuevos depósitos (porque estos se buscan debido a una renovada demanda). La cronología de la decadencia y la reactivación minera es la misma para los minerales de oro de Panamá y Colombia, y de la plata de México, Perú y Bolivia. Se trata de un fenómeno global, que enlaza a todo el mundo, desde las zonas mineras a los mercados internacionales. Los costos para la producción de la plata o el oro eran elevados, y sólo se justificaban si se pagaban a buen precio y los mercados los solicitaran; solo cuando nuevamente el oro y la plata escasearan y mejorara su valoración se justificaba volver a trabajar los yacimientos.
En 1725 se descubren minas en Opoteca. En 1744 empiezan a explotarse los ricos minerales de Yuscarán. La producción se mantiene alta durante el resto del siglo XVIII y principios del XIX.
PRODUCCIÓN DE PLATA EN EL SIGLO XIX
A mediados del siglo XIX, los formidables hallazgos de yacimientos de oro en California, Oregón y Australia, hacen recordar a los empresarios que también en Honduras había oro, y empiezan a aparecer algunos mineros extranjeros, ingleses y estadounidenses interesados tanto en las minas de oro como de plata. William V. Wells, un experto en minas, llega en 1854 a Honduras interesado por las minas de oro de Olancho. Recorre exhaustivamente esta región aurífera y elabora un notable estudio sobre la riqueza metalífera de todo el país. Conoce a varios extranjeros que explotan las minas cercanas a Tegucigalpa, como las de Santa Lucía, donde le informan de más de 200 minas trabajadas en los últimos 300 años. Pero los yacimientos hondureñas más importantes se encuentran entonces en Yuscarán, donde se habían abierto y explotado en los últimos diez años unas doce minas. Sin embargo la producción era todavía escasa.
Nuevamente afines a fines del siglo XIX, gracias al estímulo de los mercados y a las inversiones de capital, durante las reformas liberales de Marco Antonio Soto y su grupo, la producción de plata vuelve a incrementarse hasta convertirse en el principal rubro económico del país. Es entonces cuando empieza a explotarse el mineral de San Juancito, por la Rosario Mining Co. La industria minera constituye hasta fines del siglo la actividad económica dominante de Honduras.
PANEL 5 (C ) FASES DE LA PRODUCCIÓN ARGENTÍFERA: S. XVI-XIX
LA PRODUCCIÓN DURANTE LA COLONIA
Honduras se convierte, de hecho, en un país esencialmente minero, aunque con muchos altibajos, reflejo sobre todo de la demanda de la plata en los mercados internacionales. Siguiendo un proceso casi paralelo a la producción de la plata del resto del Continente, su producción disminuye cuando en China o en Europa los mercados metalíferos decaen, y aumenta cuando el apetito de estos nuevamente despierta. Son ciclos concomitantes que tienen poco que ver con la riqueza de los yacimientos, o con el nivel de desarrollo de la tecnología y la escasez o carestía de la mano de obra, al menos en líneas generales. De hecho, la producción de oro y plata en todo el Continente estuvo aumentando mientras la población indígena declinaba, y se estancó hacia mediados del XVII, precisamente cuando la población indígena había empezado a recuperarse demográficamente.
De esa manera, y respondiendo a los mercados externos, la producción de la plata se estanca hacia mediados del siglo XVII, para luego volver a reactivarse a partir de la década de 1690, cuando se descubren nuevos depósitos (porque estos se buscan debido a una renovada demanda). La cronología de la decadencia y la reactivación minera es la misma para los minerales de oro de Panamá y Colombia, y de la plata de México, Perú y Bolivia. Se trata de un fenómeno global, que enlaza a todo el mundo, desde las zonas mineras a los mercados internacionales. Los costos para la producción de la plata o el oro eran elevados, y sólo se justificaban si se pagaban a buen precio y los mercados los solicitaran; solo cuando nuevamente el oro y la plata escasearan y mejorara su valoración se justificaba volver a trabajar los yacimientos.
En 1725 se descubren minas en Opoteca. En 1744 empiezan a explotarse los ricos minerales de Yuscarán. La producción se mantiene alta durante el resto del siglo XVIII y principios del XIX.
PRODUCCIÓN DE PLATA EN EL SIGLO XIX
A mediados del siglo XIX, los formidables hallazgos de yacimientos de oro en California, Oregón y Australia, hacen recordar a los empresarios que también en Honduras había oro, y empiezan a aparecer algunos mineros extranjeros, ingleses y estadounidenses interesados tanto en las minas de oro como de plata. William V. Wells, un experto en minas, llega en 1854 a Honduras interesado por las minas de oro de Olancho. Recorre exhaustivamente esta región aurífera y elabora un notable estudio sobre la riqueza metalífera de todo el país. Conoce a varios extranjeros que explotan las minas cercanas a Tegucigalpa, como las de Santa Lucía, donde le informan de más de 200 minas trabajadas en los últimos 300 años. Pero los yacimientos hondureñas más importantes se encuentran entonces en Yuscarán, donde se habían abierto y explotado en los últimos diez años unas doce minas. Sin embargo la producción era todavía escasa.
Nuevamente afines a fines del siglo XIX, gracias al estímulo de los mercados y a las inversiones de capital, durante las reformas liberales de Marco Antonio Soto y su grupo, la producción de plata vuelve a incrementarse hasta convertirse en el principal rubro económico del país. Es entonces cuando empieza a explotarse el mineral de San Juancito, por la Rosario Mining Co. La industria minera constituye hasta fines del siglo la actividad económica dominante de Honduras.
PANEL 5 (C ) FASES DE LA PRODUCCIÓN ARGENTÍFERA: S. XVI-XIX
LA PRODUCCIÓN DURANTE LA COLONIA
Honduras se convierte, de hecho, en un país esencialmente minero, aunque con muchos altibajos, reflejo sobre todo de la demanda de la plata en los mercados internacionales. Siguiendo un proceso casi paralelo a la producción de la plata del resto del Continente, su producción disminuye cuando en China o en Europa los mercados metalíferos decaen, y aumenta cuando el apetito de estos nuevamente despierta. Son ciclos concomitantes que tienen poco que ver con la riqueza de los yacimientos, o con el nivel de desarrollo de la tecnología y la escasez o carestía de la mano de obra, al menos en líneas generales. De hecho, la producción de oro y plata en todo el Continente estuvo aumentando mientras la población indígena declinaba, y se estancó hacia mediados del XVII, precisamente cuando la población indígena había empezado a recuperarse demográficamente.
De esa manera, y respondiendo a los mercados externos, la producción de la plata se estanca hacia mediados del siglo XVII, para luego volver a reactivarse a partir de la década de 1690, cuando se descubren nuevos depósitos (porque estos se buscan debido a una renovada demanda). La cronología de la decadencia y la reactivación minera es la misma para los minerales de oro de Panamá y Colombia, y de la plata de México, Perú y Bolivia. Se trata de un fenómeno global, que enlaza a todo el mundo, desde las zonas mineras a los mercados internacionales. Los costos para la producción de la plata o el oro eran elevados, y sólo se justificaban si se pagaban a buen precio y los mercados los solicitaran; solo cuando nuevamente el oro y la plata escasearan y mejorara su valoración se justificaba volver a trabajar los yacimientos.
En 1725 se descubren minas en Opoteca. En 1744 empiezan a explotarse los ricos minerales de Yuscarán. La producción se mantiene alta durante el resto del siglo XVIII y principios del XIX.
PRODUCCIÓN DE PLATA EN EL SIGLO XIX
A mediados del siglo XIX, los formidables hallazgos de yacimientos de oro en California, Oregón y Australia, hacen recordar a los empresarios que también en Honduras había oro, y empiezan a aparecer algunos mineros extranjeros, ingleses y estadounidenses interesados tanto en las minas de oro como de plata. William V. Wells, un experto en minas, llega en 1854 a Honduras interesado por las minas de oro de Olancho. Recorre exhaustivamente esta región aurífera y elabora un notable estudio sobre la riqueza metalífera de todo el país. Conoce a varios extranjeros que explotan las minas cercanas a Tegucigalpa, como las de Santa Lucía, donde le informan de más de 200 minas trabajadas en los últimos 300 años. Pero los yacimientos hondureñas más importantes se encuentran entonces en Yuscarán, donde se habían abierto y explotado en los últimos diez años unas doce minas. Sin embargo la producción era todavía escasa.
Nuevamente afines a fines del siglo XIX, gracias al estímulo de los mercados y a las inversiones de capital, durante las reformas liberales de Marco Antonio Soto y su grupo, la producción de plata vuelve a incrementarse hasta convertirse en el principal rubro económico del país. Es entonces cuando empieza a explotarse el mineral de San Juancito, por la Rosario Mining Co. La industria minera constituye hasta fines del siglo la actividad económica dominante de Honduras.
PANEL 5 (C ) FASES DE LA PRODUCCIÓN ARGENTÍFERA: S. XVI-XIX
LA PRODUCCIÓN DURANTE LA COLONIA
Honduras se convierte, de hecho, en un país esencialmente minero, aunque con muchos altibajos, reflejo sobre todo de la demanda de la plata en los mercados internacionales. Siguiendo un proceso casi paralelo a la producción de la plata del resto del Continente, su producción disminuye cuando en China o en Europa los mercados metalíferos decaen, y aumenta cuando el apetito de estos nuevamente despierta. Son ciclos concomitantes que tienen poco que ver con la riqueza de los yacimientos, o con el nivel de desarrollo de la tecnología y la escasez o carestía de la mano de obra, al menos en líneas generales. De hecho, la producción de oro y plata en todo el Continente estuvo aumentando mientras la población indígena declinaba, y se estancó hacia mediados del XVII, precisamente cuando la población indígena había empezado a recuperarse demográficamente.
De esa manera, y respondiendo a los mercados externos, la producción de la plata se estanca hacia mediados del siglo XVII, para luego volver a reactivarse a partir de la década de 1690, cuando se descubren nuevos depósitos (porque estos se buscan debido a una renovada demanda). La cronología de la decadencia y la reactivación minera es la misma para los minerales de oro de Panamá y Colombia, y de la plata de México, Perú y Bolivia. Se trata de un fenómeno global, que enlaza a todo el mundo, desde las zonas mineras a los mercados internacionales. Los costos para la producción de la plata o el oro eran elevados, y sólo se justificaban si se pagaban a buen precio y los mercados los solicitaran; solo cuando nuevamente el oro y la plata escasearan y mejorara su valoración se justificaba volver a trabajar los yacimientos.
En 1725 se descubren minas en Opoteca. En 1744 empiezan a explotarse los ricos minerales de Yuscarán. La producción se mantiene alta durante el resto del siglo XVIII y principios del XIX.
PRODUCCIÓN DE PLATA EN EL SIGLO XIX
A mediados del siglo XIX, los formidables hallazgos de yacimientos de oro en California, Oregón y Australia, hacen recordar a los empresarios que también en Honduras había oro, y empiezan a aparecer algunos mineros extranjeros, ingleses y estadounidenses interesados tanto en las minas de oro como de plata. William V. Wells, un experto en minas, llega en 1854 a Honduras interesado por las minas de oro de Olancho. Recorre exhaustivamente esta región aurífera y elabora un notable estudio sobre la riqueza metalífera de todo el país. Conoce a varios extranjeros que explotan las minas cercanas a Tegucigalpa, como las de Santa Lucía, donde le informan de más de 200 minas trabajadas en los últimos 300 años. Pero los yacimientos hondureñas más importantes se encuentran entonces en Yuscarán, donde se habían abierto y explotado en los últimos diez años unas doce minas. Sin embargo la producción era todavía escasa.
Nuevamente afines a fines del siglo XIX, gracias al estímulo de los mercados y a las inversiones de capital, durante las reformas liberales de Marco Antonio Soto y su grupo, la producción de plata vuelve a incrementarse hasta convertirse en el principal rubro económico del país. Es entonces cuando empieza a explotarse el mineral de San Juancito, por la Rosario Mining Co. La industria minera constituye hasta fines del siglo la actividad económica dominante de Honduras.
PANEL 5 (C ) FASES DE LA PRODUCCIÓN ARGENTÍFERA: S. XVI-XIX
LA PRODUCCIÓN DURANTE LA COLONIA
Honduras se convierte, de hecho, en un país esencialmente minero, aunque con muchos altibajos, reflejo sobre todo de la demanda de la plata en los mercados internacionales. Siguiendo un proceso casi paralelo a la producción de la plata del resto del Continente, su producción disminuye cuando en China o en Europa los mercados metalíferos decaen, y aumenta cuando el apetito de estos nuevamente despierta. Son ciclos concomitantes que tienen poco que ver con la riqueza de los yacimientos, o con el nivel de desarrollo de la tecnología y la escasez o carestía de la mano de obra, al menos en líneas generales. De hecho, la producción de oro y plata en todo el Continente estuvo aumentando mientras la población indígena declinaba, y se estancó hacia mediados del XVII, precisamente cuando la población indígena había empezado a recuperarse demográficamente.
De esa manera, y respondiendo a los mercados externos, la producción de la plata se estanca hacia mediados del siglo XVII, para luego volver a reactivarse a partir de la década de 1690, cuando se descubren nuevos depósitos (porque estos se buscan debido a una renovada demanda). La cronología de la decadencia y la reactivación minera es la misma para los minerales de oro de Panamá y Colombia, y de la plata de México, Perú y Bolivia. Se trata de un fenómeno global, que enlaza a todo el mundo, desde las zonas mineras a los mercados internacionales. Los costos para la producción de la plata o el oro eran elevados, y sólo se justificaban si se pagaban a buen precio y los mercados los solicitaran; solo cuando nuevamente el oro y la plata escasearan y mejorara su valoración se justificaba volver a trabajar los yacimientos.
En 1725 se descubren minas en Opoteca. En 1744 empiezan a explotarse los ricos minerales de Yuscarán. La producción se mantiene alta durante el resto del siglo XVIII y principios del XIX.
PRODUCCIÓN DE PLATA EN EL SIGLO XIX
A mediados del siglo XIX, los formidables hallazgos de yacimientos de oro en California, Oregón y Australia, hacen recordar a los empresarios que también en Honduras había oro, y empiezan a aparecer algunos mineros extranjeros, ingleses y estadounidenses interesados tanto en las minas de oro como de plata. William V. Wells, un experto en minas, llega en 1854 a Honduras interesado por las minas de oro de Olancho. Recorre exhaustivamente esta región aurífera y elabora un notable estudio sobre la riqueza metalífera de todo el país. Conoce a varios extranjeros que explotan las minas cercanas a Tegucigalpa, como las de Santa Lucía, donde le informan de más de 200 minas trabajadas en los últimos 300 años. Pero los yacimientos hondureñas más importantes se encuentran entonces en Yuscarán, donde se habían abierto y explotado en los últimos diez años unas doce minas. Sin embargo la producción era todavía escasa.
Nuevamente afines a fines del siglo XIX, gracias al estímulo de los mercados y a las inversiones de capital, durante las reformas liberales de Marco Antonio Soto y su grupo, la producción de plata vuelve a incrementarse hasta convertirse en el principal rubro económico del país. Es entonces cuando empieza a explotarse el mineral de San Juancito, por la Rosario Mining Co. La industria minera constituye hasta fines del siglo la actividad económica dominante de Honduras.