Ahora, a grandes rasgos porque sería demasiado y hay pocos estudios en el tema, por el mismo abandono en el que son sometidos los grupos indígenas de Honduras mencionaré algunas representaciones artísticas de los demás grupos indígenas que existen en el Territorio Hondureño, pues debemos abarcar el arte de nuestros pueblo indígenas ancestrales, que también fueron saqueados por los españoles. Honduras no estaba vacía al momento del cotacto, estaba poblado por los Pech, Los Tawahkas, Lencas, Maya-Chortís, Miskitos y Tolupanes.
Empezaremos por Gracias a Dios y Olacho, que albergan a la Moskitia, lugar que en su momento fue una muy grande zona de intercambio entre el área mesoamericana y el área Chibcha, donde está ubicado el sitio arqueológico de la Ciudad Blanca (cabe resaltar que no es un sitio descubierto recientemente, lleva siendo inventario de los sitios arqueológicos desde la década de los ’60 y que su “actual descubrimiento” no es más que un show mediático) donde se encuentran grandes metates de piedra, finamente labrados y un probable uso ceremonial, así como figurillas antropomorfas, vestigios de ruinas etc. Con características de bajo relieve, asociado con área intermedia, la otra tradición cultural inmersa en Honduras.
Los Pech que si bien es uno de los grupos indígenas de Honduras más antiguos es uno de los más olvidados. “Dejaron ciudades, centros astronómicos, petroglifos, geroglifos y una innumerable cantidad de evidencias, fueron ellos quienes tuvieron el primer contacto con los españoles”. (Honduras is Great 2017) En su “territorio abundan los restos arqueológicos, llamados “antiguales”, desde montículos hasta ruinas de grandes pueblos, cerámica, lítica, particularmente grandes metates de piedra y arte rupestre” (Foletti s.f.)
Es un pueblo rico en arte precolombina, que ha sido poco estudiada. A los Pech también se les atribuye parte de la Ciudad Blanca.
Los Tawahka tiene mezclas en su cultura de una influencia chibcha y una mesoamericana, y se ve reflejado en sus construcciones monumentales de piedra y se ven ligados a ciertos sitios de arque rupestre, con un simbolismo perpetuado en la naturaleza, donde predomina la representación geométrica. Con sus dibujos y labrados en Jícara, cumbos de ayote para almacenar agua etc. “Tradicionalmente los Tawahkas han utilizado corteza de distintos árboles” (Foletti s.f.) Entre ellos la del árbol de hule, es decir, la corteza de los árboles es su materia prima.
Los Pech y los Tawahkas fueron característicos también por sus tatuajes y pinturas corporales, que eran y son utilizadas de manera ritual. Predominando el color Rojo sacado del achote (utilizado por las mujeres) y el Negro sacado de la resina y el hollín de pino (utilizado por los hombres).
Los Tolupanes, también conocidos como Xicaques o Jicaques, quienes tienen una tradición ceramista que Doris Stone llamó “Sula Jicaque” por su ubicación. “Se caracteriza por ser una cerámica monócroma relativamente burda, de color café o rojizo, decorada con incisiones geométricas y detalles zoomorfos, sobre todo las asas” (Foletti s.f.) Se cree que tiene esa influencia mesoamericana por que tiene como vecinos a los Chortís, quienes se creen son los descendientes directos de los Mayas, y Los Lencas, que también tienen una marcada influencia mesoamericana por su ubicación.
Los Lencas quienes fueron el grupo indígena más fuerte y más organizado en contra de la conquista, son calificados como un grupo cultural de tradición mesoamericana aunque sigue en investigación. En el mundo artístico está muy marcada su alfarería, que se remonta sin duda a la época prehispánica. La principal herramienta son las manos de las mujeres lencas, este ha sido su rubro desde la época precolombina, por lo que se necesitaban artesanos especialistas y a tiempo completo. También son famosos por sus textiles, cultivaban el algodón como materia prima, y luego los hilaban en malacate con palitos y una bolita de madera o barro; fabricaban sus vestidos, cobijas, mantas etc. Que teñían con productos vegetales. “De la corteza sacaban un tinte café rojizo, de la semilla de achote el anaranjado, de la Raíz de la yuquilla el amarillo, entre otros” (Foletti s.f.)Y eran utilizadas como ofrendas en la época del saqueo. Los petates fabricados de Tule eran utilizadas como camas desde tiempos muy antiguos, incluso los Mayas los utilizaban, los colocaban sobre sus camas o sobre la piedra para dormir o sentarse en sus reuniones, una herencia que prevalece hasta la actualidad. Otra tradición precolombina es la producción de la jarcia con motivos rituales.
Los Chortí. Se cree que son descendientes directos de los mayas, pues al momento de su conquista se asentaban en el departamento de Copán. Utilizan desde la época prehispánica el petate como un símbolo de poder y aparece como un símbolo tallado en las piedras de los edificios de Copán. Al igual que sus vecinos los Lencas, cultivaban, hilaban y tejían algodón, para teñirlos usaban materia vegetal como corteza de los árboles, semillas etc. “Del Camotillo extraían la tinta amarilla, del Achote el rojo, del encino el color café” (Foletti s.f.) Entre otros.
La alfarería Chortí, al igual que la Lenca, tienen influencia Maya muy marcada, del periodo arcaico y el formativo. Comales, guacales, platos etc.
Pero así como los pueblos indígenas son marginados en el contexto social, su arte es marginado del contexto artístico de Honduras. En una constante lucha por sobrevivir, buscando maneras alternativas al Estado para poder llevar a cabo sus proyectos. Muchos de los datos expuestos en este ensayo no son conocidos por la población en general, y si los conocen es gracias a su explotación turística donde existe es una explotación del indígena para poder llenar sus bolsillos, y las reproducciones culturales que cada día se adaptan más al mercado capitalista perdiendo su ancestralidad.






